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La más reciente pantalla OLED presentada por la empresa tecnológica surcoreana tiene sólo un milímetro de espesor, pesa menos de dos kilos y cuenta con 55 pulgadas. Aunque aún esta pantalla flexible, que puede pegarse a la pared, se encuentra en período de prueba, es una prueba tangible de los esfuerzos de LG por hacerse un lugar en el nicho de los televisores de alta resolución.
Aunque muchos ven en el streaming a la principal competencia de estos artefactos, los televisores inteligentes han logrado una notable revolución en los últimos años, al punto de que la incorporación de Internet a sus sistemas operativos les permita convertirse en un medio eficaz para acceder a contenidos audiovisuales alojados en la web.
Las pantallas flexibles que desarrollan en la actualidad marcas como Samsung y LG prometen desafiar la experiencia del espectador con nitidez y formatos cada vez mayores y sorprendentes. Las empresas surcoreanas apuestan por televisores que podrían alcanzar las 99 pulgadas, con una definición óptima.
Voceros de LG aseguraron a la prensa que la empresa tiene previsto acelerar su producción de OLED para finales de este año, y no sólo están contemplando las necesidades del rubro doméstico, sino que además trabajarán de la mano con pantallas de esta definición para señalización y publicidad audiovisual en las ciudades.
